Mario Marín Torres, exgobernador de Puebla, abandonó en los primeros minutos de este miércoles el penal de máxima seguridad del Altiplano, luego de que una jueza de distrito en Quintana Roo le otorgara el beneficio de prisión domiciliaria. La jueza decidió modificar la medida cautelar que mantenía a Marín en prisión por el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho, permitiéndole ahora continuar su proceso penal desde su domicilio en Puebla.
El traslado de Mario Marín desde el penal del Altiplano a su residencia en el fraccionamiento San Ángel, colonia Xilotzingo, en la ciudad de Puebla, se realizó bajo estrictas medidas de seguridad. Una ambulancia de la Guardia Nacional lo transportó, mientras que tres unidades adicionales de la Guardia Nacional lo escoltaron a lo largo del trayecto. Al llegar a su domicilio, a Marín se le colocó un brazalete electrónico en el tobillo que permitirá monitorearlo las 24 horas del día, los siete días de la semana.
La decisión judicial de cambiar la medida cautelar se tomó el sábado 10 de agosto, cuando la jueza segundo de distrito de Quintana Roo determinó que Marín podía salir del penal de máxima seguridad para cumplir su pena bajo arresto domiciliario. Las autoridades del Centro Federal de Readaptación Social Número 1, conocido como penal del Altiplano, permitieron su salida tras confirmar que no existían más causas penales que impidieran la liberación del exgobernador.
#ULTIMAHORA I En punto de las 4:00 horas de este miércoles 14 de agosto, a bordo de una camioneta tipo van y escoltado por tres patrullas de la @GN_MEXICO_ , ingresó #MarioMarin a su domicilio ubicado en avenida San José Xilotzingo en #Puebla @lydiacachosi pic.twitter.com/mXrl53YPlN
— Ciro Calderón (@calderonciro) August 14, 2024
Mario Marín enfrenta acusaciones por su implicación en la tortura de la periodista Lydia Cacho, quien en su libro Los Demonios del Edén expuso una red de explotación sexual infantil en la que estaba involucrado el empresario Kamel Nacif, amigo de Marín. En una llamada telefónica filtrada, Marín prometió darle un “escarmiento” a Cacho por sus investigaciones, lo que culminó en su detención y tortura en 2005.
Como parte de las condiciones de su prisión domiciliaria, Mario Marín no solo debe portar el brazalete electrónico de manera permanente, sino que también tiene prohibido salir de Puebla, del país, o acercarse a Lydia Cacho, quien es la víctima en este caso. Además, se le ha retirado su pasaporte para asegurar que no intente huir de la justicia.
El exgobernador llegó a su domicilio en Puebla aproximadamente a las 4 de la mañana de este miércoles, marcando un nuevo capítulo en su prolongado proceso judicial, que ha sido seguido con atención tanto por los medios de comunicación como por la opinión pública debido a la gravedad de las acusaciones en su contra.