En septiembre de 2021, los municipios de Tula de Allende y Tepeji del Río en Hidalgo sufrieron una de las peores inundaciones de su historia debido al desbordamiento del río Tula, lo que generó graves afectaciones a la población. Años después, la tragedia se repite con la crecida de los ríos de ambas localidades, sumergiendo nuevamente a cientos de hogares bajo aguas negras y dejando a los habitantes en una situación de incertidumbre.
El desbordamiento del río Tula
En el caso de Tula de Allende, los niveles del río Tula comenzaron a aumentar de manera preocupante en varios puntos críticos del municipio, como el Denguí, en la comunidad de Cruz Azul, y la colonia La Mora en La Malinche. Estos lugares han sido históricamente vulnerables a las inundaciones, y en este nuevo episodio no fueron la excepción. Durante las primeras horas del martes 17 de septiembre, el río se desbordó en algunos de estos puntos, generando alerta entre los habitantes y autoridades.
Dos sitios fueron particularmente afectados: El Denguí y la colonia 16 de Enero. En El Denguí, el desbordamiento ocurrió a través del río Tlautla, mientras que en la calle 3 Culturas, en la colonia 16 de Enero, las aguas residuales comenzaron a filtrarse debido a fallas en las compuertas reguladoras de riego, causando que las aguas negras invadieran las calles y viviendas cercanas.
Ante esta situación, los locatarios del tianguis municipal de Tula, recordando las pérdidas sufridas en la inundación de 2021, decidieron desalojar sus locales para evitar que la mercancía fuera destruida. Durante las horas críticas de la crecida, que se prolongaron desde la 01:00 hasta las 04:00 horas, los comerciantes trasladaron lo que pudieron a bordo de vehículos particulares. Este mismo fenómeno se replicó en otras calles cercanas al río, como Leandro Valle y la calzada Melchor Ocampo, donde algunos vendedores decidieron evacuar preventivamente sus productos.
El miedo a una catástrofe mayor se extendió entre los habitantes de la zona centro de Tula de Allende, quienes no pudieron conciliar el sueño y permanecieron en alerta durante toda la madrugada. Cientos de personas se reunieron para monitorear los niveles del río en diversos puentes que cruzan la corriente, desde Cruz Azul hasta La Malinche. Los puentes Zaragoza y 5 de Mayo fueron algunos de los puntos de mayor preocupación, pues en ambos el nivel del agua quedó a solo un metro y 1.80 metros, respectivamente, de desbordarse completamente.
La situación en Tula de Allende se volvió tan alarmante que tanto autoridades locales como estatales activaron mecanismos de emergencia. La Comisión Estatal del Agua y Alcantarillado (CEAA) emitió un reporte en el que detallaba que el aumento del caudal del río Tula se debía a las intensas lluvias registradas en la cuenca del río Tlautla, en el Estado de México, así como al desfogue de la presa Danxho, que había alcanzado su capacidad máxima y estaba vertiendo 140 metros cúbicos por segundo al río Tula.
Tepeji del Río: otra víctima de la creciente de los ríos
Por su parte, el municipio de Tepeji del Río no quedó exento de la catástrofe. En menos de tres días, el río Tepeji se desbordó dos veces, causando severas inundaciones en varias localidades. Las zonas más afectadas fueron San José Piedra Gorda, Santiago Tlautla y Quelites. En San José Piedra Gorda y Santiago Tlautla, el río Tepeji registró un caudal que superaba el 100% de su capacidad, lo que provocó el desbordamiento y la inundación de viviendas y calles.
A pesar de que aún no se había realizado un balance completo de las afectaciones para la mañana del martes, las autoridades locales ya reportaban una emergencia en curso, y se esperaba que la situación empeorara con la posibilidad de más lluvias en las siguientes horas.
En total, la CEAA reportó que en Tula de Allende al menos 40 hogares resultaron afectados por las inundaciones. Los equipos de emergencia, compuestos por Protección Civil y Seguridad Pública de distintos niveles de gobierno, trabajaron de manera coordinada para mitigar los daños y asistir a las familias afectadas. Sin embargo, el impacto fue devastador para muchas familias que nuevamente vieron sus viviendas y pertenencias sumergidas en aguas negras.
En Tepeji del Río, las lluvias en Villa del Carbón provocaron el llenado de la presa Taxhimay, lo que a su vez causó el desbordamiento del río Tepeji. Aunque las autoridades municipales y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) lograron controlar la situación temporalmente, el riesgo de nuevas crecidas seguía latente, y muchas familias permanecieron en alerta ante la posibilidad de más inundaciones.
La situación en Tezontepec de Aldama
Otro municipio afectado por la crecida del río Tula fue Tezontepec de Aldama, donde la presa Endhó comenzó a derramar grandes cantidades de agua debido a las intensas lluvias registradas en la Ciudad de México y el Estado de México. Desde la madrugada del 17 de septiembre, las autoridades locales de Protección Civil y Bomberos mantuvieron una vigilancia constante sobre el río Tula, que experimentaba un aumento considerable en su caudal.
La Comisión Nacional del Agua informó que el gasto del río Tula alcanzó los 211.893 metros cúbicos por segundo, el más alto de la temporada de lluvias. Además, la presa Endhó superó el 104% de su capacidad, lo que aumentaba el riesgo de nuevas inundaciones en la región. Ante esta situación, las autoridades emitieron alertas a la población asentada cerca de las riberas del río Tula y del río Salado, instando a los ciudadanos a estar preparados para posibles evacuaciones y a reportar cualquier situación de riesgo.
Un futuro incierto para los municipios afectados
La repetición de estas inundaciones en Tula de Allende, Tepeji del Río y Tezontepec de Aldama pone en evidencia la vulnerabilidad de estos municipios ante las crecientes de los ríos que los atraviesan. A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales, estatales y federales por controlar la situación y mitigar el impacto de las inundaciones, la infraestructura hídrica parece ser insuficiente para contener las crecidas de los ríos durante las temporadas de lluvias intensas.
El temor de los habitantes es palpable, y la incertidumbre sobre cuándo podrán regresar a la normalidad sigue siendo una constante. Aunque los esfuerzos de mitigación y respuesta rápida han logrado evitar una tragedia mayor, es evidente que se necesitan soluciones a largo plazo para proteger a las comunidades de futuros desastres naturales.
Las inundaciones en Tula de Allende y Tepeji del Río, una vez más, nos recuerdan la importancia de mejorar la infraestructura hidráulica y los mecanismos de prevención en las zonas vulnerables, para evitar que estas tragedias se repitan año tras año.