Por: María Magdalena González Licona
Este primero de septiembre dio inicio el nuevo ciclo escolar 2025-2026. Pero… como papás o mamás, ¿nos hemos preguntado si nuestros hijos están preparados para este comienzo?
Recordemos que la escuela es el segundo hogar de nuestros hijos: un lugar donde pasan gran parte de su vida, un espacio que les sirve para socializar, formar su identidad moral y, sobre todo, convivir dentro de un mismo entorno.
Debemos tener presente que cada cabecita es un mundo, lleno de dudas, emociones y sentimientos. Por ello, se recomienda hablar con ellos y brindarles confianza para que expresen lo que sienten, evitando así lo más temible para un padre: sí, el acoso escolar o bullying, que en el futuro puede afectar lo más importante y valioso que tienen: su salud mental.

Tener presentes los focos de alerta será nuestro mejor aliado para detectarlos a tiempo y afrontarlos de la mejor manera, sin que se vea comprometida su estabilidad emocional. Si observa alguno de estos cambios en sus hijos, como:
- Alteraciones de humor y comportamiento (irritabilidad, enojo, llanto sin razón aparente).
- Problemas de conducta en la escuela o el hogar (agresividad, actitudes desafiantes, desobediencia, no seguir órdenes).
- Miedos constantes (a estar solos, a salir, a que interfieran en su vida diaria), ansiedad o pánico.
- Dificultad para interactuar (aislamiento, rechazo a jugar con otros niños como antes lo hacía).
- Falta de interés, poca empatía o pérdida de gusto por actividades que disfrutaban.
- Baja autoestima (comentarios negativos hacia sí mismos).
- Síntomas físicos (falta de apetito, cambios en el sueño, dolores sin causa médica aparente).
Si nota alguno de estos síntomas, se recomienda hablar y escuchar a sus hijos para comprender lo que está sucediendo, crear un ambiente seguro, brindarles confianza y compartir tiempo de calidad: salir a caminar, ir al cine o jugar lo que les gusta. Si los focos de alerta persisten, lo ideal es acudir a un especialista en psicología para obtener un buen diagnóstico y tratamiento.

Cuánta razón tenía el médico y psiquiatra italiano José Ingenieros cuando escribió: “Es hermoso que los padres lleguen a ser amigos de sus hijos, desvaneciéndoles todo temor, pero inspirándoles un gran respeto”. Y así es, pues al tener la confianza de nuestro lado, ellos siempre estarán cerca de nuestra vida.
Conclusión: La clave para un buen inicio de clases es estar presentes desde el principio hasta el final; preguntarles cómo están, cómo les fue en su día, escucharlos, brindarles tiempo, siempre tiempo. No cuesta nada hacerlo; los hijos crecen y, en un abrir y cerrar de ojos, se van.