Por: María Magdalena González Licona
El suicidio es un tema que, en la actualidad, ha incrementado de manera alarmante según las estadísticas, y se ha detectado que ocurre con mayor frecuencia en adolescentes y adultos mayores. No podemos dejar de lado los factores que lo desencadenan: suele presentarse en personas que padecen trastorno bipolar, esquizofrenia, depresión, niveles muy altos de estrés, enfermedades terminales o que han sido víctimas de abuso sexual, físico y/o emocional.
La Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) promovió el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, conmemorado cada 10 de septiembre, con la finalidad de crear conciencia sobre lo que ocurre a nivel mundial y dar a conocer los factores y síntomas que enfrentan las personas que intentan atentar contra su vida. No podemos saber ni adivinar cuándo, dónde o a qué hora alguien puede intentarlo, ya que lo hace en un momento de desesperación o angustia, sin encontrar una salida.
Por ello, es de suma importancia que, como familiares o amigos, sepamos identificar uno a uno los síntomas de una persona con ideación suicida, quienes muchas veces nos están pidiendo ayuda a gritos, aunque lamentablemente nos damos cuenta cuando ya es demasiado tarde.
Síntomas:
- Amenaza con quitarse la vida.
- Busca el momento y lugar para hacerlo.
- Consigue o compra los medios con los que pretende quitarse la vida (armas, pastillas, veneno).
- Considera la muerte como la única solución a sus problemas.
- Regala sus pertenencias más preciadas.
- Presenta cambios repentinos de humor.
- Se despide de familiares y amigos.

¿Cómo apoyar a una persona que quiere quitarse la vida?
- Lo primero es brindarle confianza para que pueda expresar lo que le sucede.
- Preguntarle directamente si está pensando en quitarse la vida y cómo se siente.
- Nunca prometer mantener en secreto sus intenciones suicidas.
- Escuchar los motivos que lo están orillando a esa decisión.
- Estar presentes, hacerle llamadas o visitas; esto le hace sentir que es importante para alguien.
- Apoyarlo para que acuda con profesionales de la salud mental (psicólogos, psiquiatras).
Recuerda lo que dijo Elisabeth Kübler-Ross: “Nuestros miedos no detienen a la muerte, sino a la vida”.