En una larga sesión que se extendió hasta la madrugada, Rosario Piedra Ibarra fue reelecta por el Senado de la República para un segundo periodo al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Esta decisión fue alcanzada tras más de trece horas de discusión, con la participación de las principales fuerzas políticas, incluyendo una notable resistencia por parte de la oposición. Finalmente, la votación culminó en favor de Piedra Ibarra, quien obtuvo 87 votos a favor, cifra que superó la mayoría calificada de 85 votos necesaria para su reelección.
La jornada comenzó con una sesión ordinaria en la que se presentaron diversas posturas sobre la gestión de Piedra Ibarra, quien ocupa el cargo desde 2019. Durante las primeras horas, los senadores de Morena y sus aliados del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido del Trabajo (PT) se reunieron en privado para deliberar sobre la continuidad de la ombudsperson, un punto que generó opiniones encontradas dentro del bloque. Según informó Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva, existía un avance significativo en la intención de respaldarla. Sin embargo, aún se mantenían dudas entre algunos integrantes de Morena y sus aliados, lo que obligó a realizar un primer receso para establecer un consenso claro.
En este encuentro, Piedra Ibarra se comprometió a implementar una reestructuración interna en la CNDH para mejorar la eficacia de la institución. Este compromiso logró consolidar el apoyo de la mayoría de Morena, PVEM y PT, despejando las inquietudes previas y allanando el camino para la votación definitiva.
Al reanudarse la sesión, el debate continuó intensamente, particularmente cuando los senadores del Partido Acción Nacional (PAN) introdujeron una mampara blanca en el salón de plenos. Con esta acción, buscaban que los senadores depositaran sus votos en una urna sin sobres, argumentando que era la única manera de garantizar la transparencia del proceso. Este punto fue ampliamente debatido, y finalmente se decidió mantener el procedimiento tradicional en el que las cédulas de votación se introducen en un sobre cerrado para asegurar la confidencialidad del voto. En respuesta a esta maniobra, Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena, replicó con un comentario enérgico sobre la supuesta transparencia de la oposición, generando tensión en el pleno.
Una vez superados estos obstáculos, la senadora Reyna Celeste Ascencio, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, presentó la terna final de candidatas: Rosario Piedra Ibarra, Nashieli Ramírez y Paulina Hernández. Ascencio subrayó que cada una de ellas tenía un historial de lucha en defensa de los derechos humanos, destacando que la candidata electa estaría bajo la supervisión tanto de la comisión a su cargo como del propio Senado. No obstante, los senadores panistas Ricardo Anaya y Marko Cortés criticaron abiertamente la elección de Piedra Ibarra, recordando las polémicas en torno a su designación en 2019, y acusaron al expresidente Andrés Manuel López Obrador de influir en el voto de los legisladores de Morena.
El proceso de votación fue ejecutado mediante cédulas que se depositaron en una urna transparente frente a todos los senadores. Para evitar cuestionamientos sobre la validez de los votos, las boletas fueron firmadas por cinco integrantes de la Mesa Directiva y entregadas en una mesa cercana, donde los legisladores emitieron su voto de manera pública. La asistencia fue casi total, con la excepción del panista Miguel Márquez, lo que redujo el quórum necesario para la mayoría calificada a 85 votos.
Finalmente, a las 2 de la madrugada, Rosario Piedra Ibarra fue declarada ganadora con un total de 87 votos a favor, frente a los 36 que obtuvo Nashieli Ramírez y uno para Paulina Hernández. La votación reflejó el respaldo de Morena y sus aliados, quienes se mantuvieron unidos a pesar de las tensiones iniciales. Los senadores de oposición, en su mayoría del PAN, abandonaron el recinto inmediatamente después del anuncio, dejando a Piedra Ibarra sola con el bloque oficialista en el Senado para tomar protesta.
Con este respaldo, Rosario Piedra Ibarra continuará liderando la CNDH por un periodo de cinco años más, hasta noviembre de 2029. Su compromiso de realizar una reestructuración en el organismo fue un factor clave para obtener el apoyo mayoritario, y se espera que con esta reelección se impulsen mejoras en la operatividad de la institución.
La elección a Piedra Ibarra no ha estado exenta de controversia. Desde el inicio de su gestión, la ombudsperson ha enfrentado críticas por parte de diversos sectores, especialmente de la oposición, que cuestionan tanto la imparcialidad de la CNDH bajo su dirección como la cercanía que mantiene con el gobierno en turno. Durante el debate, algunos senadores insistieron en la necesidad de una CNDH independiente que actúe sin sesgos políticos y que sea verdaderamente representativa de las voces de la ciudadanía en temas de derechos humanos.
La continuación de Rosario Piedra al frente de la CNDH representa un respaldo significativo de Morena y sus aliados a su gestión, pero también un reto para la funcionaria. Durante los próximos cinco años, deberá demostrar su capacidad para fortalecer la autonomía y el funcionamiento del organismo. Con la reelección de Piedra Ibarra, la CNDH inicia un nuevo capítulo que estará bajo el escrutinio público, en un contexto donde la protección y defensa de los derechos humanos son demandas prioritarias para la sociedad mexicana.