Por: Brenda Ponce
La felicidad ha sido un tema central en la historia del pensamiento humano, y su búsqueda es un objetivo común para muchas personas. Pero, ¿qué es realmente la felicidad? ¿Es un mito o una realidad alcanzable? Desde la psicología se han desarrollado diversas teorías y modelos que intentan explicar y promover el bienestar emocional.
La Perspectiva Clásica: Aristóteles y la Eudaimonía
Según Aristóteles, la felicidad se define como eudaimonía, un estado de realización personal que se alcanza al vivir de acuerdo con la virtud y la razón. Esta perspectiva enfatiza la importancia de desarrollar fortalezas y valores personales para alcanzar una vida plena y satisfactoria. En la misma línea, la teoría del bienestar de Seligman propone el modelo PERMA, que se basa en:
- Emociones positivas: experimentar alegría, gratitud y amor.
- Compromiso: participar en experiencias de flujo y satisfacción personal.
- Relaciones positivas: cultivar vínculos significativos.
- Significado: encontrar propósito en la vida.
- Logro: sentir competencia y éxito.
La Búsqueda del Placer: Epicuro y la Regulación Emocional
Epicuro afirmaba que la felicidad consiste en experimentar placer y evitar el dolor, pero no en un sentido hedonista, sino en vivir una vida basada en la tranquilidad y la satisfacción moderada. Esto se relaciona con teorías psicológicas como:
- La Teoría de la Ampliación y Construcción de Fredrickson: las emociones positivas amplían la capacidad cognitiva y fortalecen la resiliencia.
- El Concepto de Flujo de Csíkszentmihályi: la felicidad proviene de actividades significativas que generan satisfacción intrínseca.
- La Psicología de la Gratitud: enfocarse en lo que se tiene aumenta la satisfacción con la vida y reduce la ansiedad.

La Resiliencia Psicológica: Los Estoicos y la Aceptación
Los estoicos enseñaban que la felicidad depende del control interno y la aceptación de lo inevitable. Esto se refleja en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la práctica del mindfulness, que promueven la aceptación del momento presente sin juicios ni reactividad emocional.
La felicidad no es un mito, sino una realidad alcanzable que se puede cultivar a través de estrategias basadas en la evidencia. Al integrar perspectivas filosóficas y psicológicas, podemos desarrollar un enfoque más holístico y efectivo para mejorar nuestro bienestar emocional. Algunas estrategias prácticas incluyen:
- Vivir con propósito y virtud: identificar valores personales y desarrollar fortalezas psicológicas.
- Disfrutar placeres sencillos y practicar la gratitud: mantener un diario de gratitud y evitar la sobrecarga de deseos materiales.
- Aceptar lo incontrolable y fortalecer la resiliencia: practicar la meditación y reformular pensamientos negativos.
- Fortalecer las relaciones significativas: cultivar vínculos significativos y apoyo social.

Al adoptar estas estrategias, podemos mejorar nuestra calidad de vida y alcanzar una felicidad más duradera y significativa.