Por: Christianne Sánchez
El primer paso para emprender es pensar cómo vender. Cuando piensas en empezar tu propio negocio, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? ¿Libertad de ser tu propio jefe, libertad de tiempo y libertad financiera? ¿Un local bonito en la mejor ubicación?
Déjame decirte algo que he aprendido tras años de emprender y asesorar negocios:
Sin ventas, no hay negocio. Así de simple. Las ventas son el corazón de cualquier empresa, negocio o emprendimiento.
¿Has pensado cómo vender? Si no lo tienes claro desde el principio, hasta la mejor idea puede quedarse en eso: solo una idea o un sueño. Aquí te cuento por qué las ventas deben ser tu prioridad número uno y cómo empezar a construirlas.
¿Por qué las ventas son primero?
Cuando empecé mi primer negocio, pensé que con una gran idea y algo de entusiasmo bastaba. ¡Error! Me di cuenta de que, sin ventas, no hay dinero para pagar rentas, sueldos ni siquiera para mantener la luz encendida.
Las ventas no solo generan ingresos; son la prueba de que tu producto o servicio conecta con alguien. Por eso, antes de abrir un local o crear una página, pregúntate: ¿A quién le voy a vender? ¿Cómo lo voy a vender? ¿Qué hago diferente?
Emprender no es solo abrir un local, poner un nombre bonito o pagar anuncios en redes sociales. Lo primero que debes dominar es cómo vas a vender tu producto o servicio.
Si no tienes claridad en esto, no tienes un negocio: tienes un gasto.

Planea con estrategia, no con fe
Es muy común que alguien quiera abrir un negocio porque “en esta colonia falta uno” o porque “aquí pasa mucha gente”. También es común pensar: “todos mis conocidos me comprarán”. Son mamás jóvenes, estudiantes, profesionistas, etc.
Pero sin análisis de mercado, sin saber tu margen y sin una estrategia de ventas… estarás cavando la tumba del negocio antes de abrirlo. No basta con soñar; hay que planear.
“Dios proveerá” no es una estrategia comercial.
Hazte estas preguntas:
- ¿Quién será mi cliente?
- ¿Dónde está (en la colonia, en línea, en eventos)?
- ¿Qué lo motiva a comprar? ¿Por qué comprar en mi emprendimiento?
Una vez que lo tengas claro, piensa en cómo llegarle: ¿será en un local, por redes sociales, con telemarketing? Cada canal tiene su truco, y no todos funcionan para todos.
El nombre también vende
Evita ponerle tu nombre al negocio a menos que tengas una estrategia clara. “Estética Laura” o “Don Lauro Refacciones” pueden funcionar en ciertas zonas, pero si tu visión es crecer, posicionarse o franquiciar, el nombre debe estar alineado.
Un buen nombre debe ser fácil de recordar, fácil de pronunciar y reflejar la esencia de tu negocio.
Considera en tu inversión inicial trabajar con una agencia creativa. Sí, implica inversión, pero también te ayuda a evitar errores que te costarán más adelante. Si vas empezando, prueba con amigos creativos o herramientas gratuitas en línea para inspirarte.
Estrategia: el ingrediente secreto
Las ventas no llegan solas. Si no vendes, no tienes ingresos, ni inventario, ni gastos que administrar.
Necesitas una estrategia clara. Aquí van algunos puntos importantes:
- Precio justo: Calcula tus costos (renta, insumos, sueldos) y revisa los precios de la competencia. No pongas un precio solo porque “se siente justo”.
- Canales de venta: ¿Venderás en un local, en línea, en ferias? Prueba varios, pero enfócate en los que den resultados.
- Publicidad creativa: No basta con un letrero o un post en Facebook. Usa videos cortos en TikTok, historias en Instagram o alianzas con otros negocios locales.
- Postventa: Un cliente feliz regresa y te recomienda. Ofrece garantías, descuentos o un simple “gracias” personalizado.
- Capacitación: Si tienes equipo, enséñales a vender con entusiasmo. Si estás solo, practica tu pitch hasta que sea impecable.
Crear estrategias realistas, tener metas claras, ejecutar, corregir y volver a intentar.
Así es como se crece. Nadie llega a tener un negocio sólido esperando a que el cliente llegue solo.
La lección más dura: el esfuerzo lo es todo
He visto emprendedores que sueñan con franquicias y ganancias millonarias, pero cuando les pregunto cómo llegarán ahí, me dicen cosas como “ya se dará”.
¡No funciona así!
Emprender requiere sacrificios: menos tiempo con la familia, noches sin dormir, cuentas que ajustar. Pero cada esfuerzo vale la pena cuando ves a tu primer cliente sonreír con tu producto.
Así que sé realista, planea bien y no te rindas ante el primer obstáculo. Como me dijo un mentor hace años: “Un negocio no es solo una carrera, es un maratón.”
¡A vender se ha dicho!
Si estás pensando en emprender, pon las ventas en el centro de tu plan. Conoce a tu cliente, diferénciate, elige un nombre que enganche y arma una estrategia sólida.
No te prometo “libertad financiera” (¡esa frase sigue sin convencerme!), pero sí te aseguro que, con esfuerzo y un buen plan, tu negocio puede despegar.

Emprender no es magia. Es estrategia, esfuerzo y mucha constancia.
Toma la decisión cuando estés listo para darlo todo. No abandones tu negocio al primer “strike”. Persiste, ajusta y sigue. Recuerda que todo esto es y será para ti.