El primer debate entre candidatos presidenciales estuvo marcado por un intercambio de acusaciones y ataques personales. Gálvez atacó a Sheinbaum por diversos aspectos de su gestión en la Ciudad de México, como el colapso del Colegio Rébsamen y la Línea 12 del Metro, llamándola “La Dama de Hielo”, mientras que Sheinbaum contragolpeó acusándola de ser “mentirosa” y “corrupta”.
Durante el debate, Gálvez cuestionó a Sheinbaum sobre temas sensibles como el derrumbe del Colegio Rébsamen y la falta de medicamentos para personas con cáncer. También la acusó de negligencia criminal en el caso de la Línea 12 del Metro. Por su parte, Sheinbaum enfatizó en las presuntas irregularidades financieras de Gálvez, como la venta de su departamento y contratos con el INAI.
El candidato Jorge Álvarez Máynez también participó en el debate, centrando sus ataques principalmente en Gálvez y criticando la vieja política representada por los partidos tradicionales. Señaló el derroche en publicidad durante las precampañas y propuso medidas para mejorar la educación y el sistema de salud.
A lo largo del debate, los candidatos intercambiaron golpes verbales, con acusaciones de corrupción, negligencia y falta de carisma. Sheinbaum defendió su gestión y sus políticas sociales, mientras que Gálvez prometió impulsar programas para adultos mayores y atención médica universal.
El debate estuvo marcado por momentos de tensión, con los candidatos mostrando nerviosismo y lanzando ataques directos entre sí. Sin embargo, también hubo espacio para propuestas sobre temas como la corrupción, la salud y la educación.
Al final del debate, los candidatos se declararon ganadores y pidieron mejoras en el formato para el próximo encuentro. A pesar de las críticas y los ataques, el debate sirvió para exponer diferencias de opinión y propuestas entre los candidatos presidenciales.