Otro viernes de locos

Otro viernes de locos

Por: Samuel Téllez

La secuela que muchos pensábamos que tal vez no llegaría al nivel de la original. Yo era una de esas personas. Crecí viendo la primera y tengo recuerdos muy marcados de lo que significó en su momento. Por eso, cuando anunciaron esta nueva entrega, me dio emoción, pero también cierta duda. A veces las secuelas solo existen por nostalgia o por seguir vendiendo una marca, pero esta no es el caso.

No sé qué decisión creativa tomó Disney, pero logró algo que pocas veces se ve con este tipo de proyectos. Desde el primer minuto sentí que estaba viendo una película de esa etapa donde Disney no necesitaba efectos espectaculares ni fórmulas complicadas. Solo bastaba una historia clara, personajes bien definidos y un desarrollo que conectara con quien la ve. Eso era suficiente para que una cinta funcionara y, en este caso, vuelve a funcionar.

La vi dos veces, no porque la necesitara repasar, sino porque realmente la disfruté. Tiene esa cualidad que tenía la primera: puedes volver a verla sin perderle el gusto. Y eso no es algo tan común. Muchas películas dependen del factor sorpresa, pero aquí no importa ya conocer el final, porque lo que engancha es todo el camino.

No voy a entrar en detalles de la trama para que cada quien pueda vivirla sin spoilers, pero el regreso de Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan es lo que sostiene gran parte del corazón de esta historia. No solo vuelven como Anna y Tess, ahora también tienen un papel dentro de la vida de un nuevo par de personajes, que pasan por lo mismo que ellas vivieron en el pasado: cambiar de cuerpo para entender al otro. Esta vez, ya no son ellas las que tienen que aprender la lección, sino las nuevas protagonistas. Eso le da un giro interesante sin repetir exactamente la misma fórmula.

También hay ciertos guiños que quienes crecimos en los 2000 vamos a notar. No están ahí solo por nostalgia, sino que están bien integrados. No es solo un “fan service”, sino momentos que suman a la historia y a lo que representa para quienes vimos la original cuando éramos niños.

Tenía miedo de que fuera una más de esas secuelas que se sienten hechas al aventón, pero terminó siendo una sorpresa. No rompe moldes, no intenta reinventar nada, simplemente hace bien lo que tiene que hacer.

Y por eso, para mí, está más que aprobada. Le doy un 10/10. No por espectacular, sino por honesta. Cumple con lo que promete y se siente como un verdadero regreso.

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