Mitos y realidades de la pensión alimenticia

Mitos y realidades de la pensión alimenticia

Por: Christianne Sánchez

La pensión alimenticia es uno de los temas más sensibles y frecuentemente discutidos en el ámbito familiar. Aunque está diseñada para garantizar el bienestar económico de los hijos y, en algunos casos, de los padres, existen diversas circunstancias bajo las cuales el derecho a recibirla podría cesar o suspenderse.

En redes sociales, en comidas familiares, pláticas con amigos o entre compañeros de trabajo, siempre hay alguien que “sabe” cómo funcionan las pensiones alimenticias, ya sea por experiencia propia o de conocidos. Sin embargo, muchas de esas afirmaciones están basadas en suposiciones, experiencias mal interpretadas o simple desinformación, ya que cada caso es diferente, dependiendo de las circunstancias, ingresos, nivel de vida de los hijos, etc.

A continuación, abordamos algunas dudas comunes sobre este tema, basadas en las asesorías legales en materia familiar, y aclaramos algunos de los mitos más frecuentes que afectan a miles de familias en México cada año.

1. “La pensión alimenticia solo se paga si los hijos son menores”

En la mayoría de los casos, la pensión se otorga a hijos menores que están estudiando. Sin embargo, también existe la posibilidad de que hijos mayores de edad, incluso si ya son profesionistas e independientes, puedan iniciar un juicio para solicitarla, incluida de forma retroactiva, ya que es un derecho que no prescribe (cada caso debe analizarse con un abogado para determinar si es viable o no). De igual manera, los padres adultos mayores pueden solicitar pensión a sus hijos.

2. “Si no tengo trabajo, no tengo que pagar pensión”

El desempleo no exime del pago de pensión, ya que se trata de un derecho primario. El juez evalúa la capacidad del deudor para generar ingresos y si existe alguna limitación. Incluso sin empleo formal, en algunos casos se fija una cantidad equivalente al salario mínimo mensual actual.

El no pagar la pensión genera una deuda acumulada que puede tener consecuencias graves para el o la deudora.

3. “Puedo dejar de pagar la pensión si mi hijo o hijos ya tienen 18 años”

No necesariamente. La ley establece que la pensión debe cubrirse mientras el o los hijos estén estudiando y no hayan alcanzado la autosuficiencia económica. Esto puede aplicarse incluso después de los 18 años. Cualquier modificación debe solicitarse formalmente ante un juez.

4. “Si no me dejan ver a mi hijo o hijos, no tengo que pagar pensión”

Este es uno de los errores más comunes: pensar que la pensión está condicionada a la convivencia con los hijos. Son derechos distintos, juicios distintos y procedimientos distintos.

Dejar de pagar por “venganza” hacia la expareja solo agrava la situación legal y puede tener consecuencias penales.

5. ¿Qué cubre la pensión alimenticia?

Según el artículo 118 de la Ley para la Familia del Estado de Hidalgo, se entiende por alimentos:

“Todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica, y en su caso, los gastos de embarazo y parto.
Respecto a los menores, además, los gastos para la educación.
Con relación a las personas con algún tipo de discapacidad o declaradas en estado de interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su habilitación o rehabilitación y su desarrollo.
Por lo que hace a los adultos mayores que carezcan de capacidad económica, además de todo lo necesario para su atención geriátrica, se procurará que los alimentos se les proporcionen integrándolos a la familia.”

6. “Puedo pagar lo que yo quiera sin avisarle al juez”

No. Si la pensión ya fue establecida por un juez o mediante un convenio entre las partes, debe cumplirse. No hacerlo se interpreta como rebeldía o incumplimiento del convenio y puede dar lugar a un procedimiento penal.

La pensión alimenticia es un derecho y una obligación. No debe verse como castigo, herramienta de venganza o de manipulación, ya que los más afectados son los hijos.

Los problemas legales entre padres no deberían afectar a los hijos. Al contrario, es importante mostrarles que puede existir una convivencia sana y que el amor hacia ellos no cambia.

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