Este martes, el municipio de San Andrés Larráinzar, en Chiapas, se convirtió en el epicentro del dolor y la solidaridad, cuando cientos de creyentes de las comunidades indígenas se reunieron para despedir al padre Marcelo Pérez, un querido sacerdote que fue brutalmente asesinado en el municipio de San Cristóbal de las Casas. La comunidad se unió en una emotiva ceremonia fúnebre para rendir homenaje a un hombre que dedicó su vida a defender la paz y la justicia en medio de la violencia que afecta la región.
La misa fúnebre, encabezada por el padre Raúl Vera, director del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, comenzó alrededor de las 10:15 de la mañana. Vera destacó durante la ceremonia el compromiso del padre Marcelo con la denuncia de la violencia y las amenazas que sufría desde el año 2015. Según explicó, la situación del sacerdote se volvió más peligrosa a partir de 2021, cuando el conflicto armado en Pantelhó se intensificó, poniendo su vida en mayor riesgo.
En el servicio religioso, los feligreses entonaron cantos de alabanza en honor al padre Marcelo, cuyas contribuciones a la comunidad y lucha por los derechos de los pueblos indígenas lo habían convertido en un líder querido y respetado. El sacerdote será sepultado en el jardín de la parroquia de San Andrés Apóstol, en San Andrés Larráinzar, donde se le rendirá tributo de manera permanente. Su entierro en el terreno de la iglesia, y no en un panteón municipal, subraya la profunda conexión que tenía con su parroquia y la comunidad que tanto amaba.
En medio de la ceremonia, que continuó bajo una intensa lluvia, la familia del padre Marcelo expresó su agradecimiento a los feligreses por las muestras de cariño y apoyo. A pesar del clima adverso, creyentes de todas las regiones de Chiapas se desplazaron hasta San Andrés Larráinzar para rendir homenaje al sacerdote, mostrando una vez más la enorme influencia que tuvo en la vida de los pueblos indígenas de la región.
La iglesia, a su vez, hizo un llamado al perdón hacia aquellos que cometieron el asesinato, confiando en que la justicia divina se impondrá. Sin embargo, también instaron a las autoridades a investigar a fondo el crimen y a que se presente una línea clara de investigación en las próximas horas para esclarecer los hechos.
El asesinato del padre Marcelo Pérez, ocurrido el pasado domingo cuando se encontraba dentro de su automóvil después de oficiar misa, ha generado una ola de indignación en Chiapas y en el resto del país. Las autoridades locales, encabezadas por el gobernador Rutilio Escandón Cadenas, han prometido que el homicidio no quedará impune. El gobernador afirmó que se está llevando a cabo una investigación exhaustiva y aseguró que los responsables del crimen enfrentarán la justicia.
Escandón Cadenas informó que desde el momento del asesinato, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana se unió a las fiscalías locales para formar un grupo interdisciplinario de investigación que se encargará de resolver el caso. El mandatario fue contundente al asegurar que no se permitirá que este tipo de violencia quede sin castigo en Chiapas, y expresó su confianza en que pronto se obtendrán resultados concretos en la investigación.
“Estamos trabajando de manera coordinada para que nadie quede fuera de la ley y que los responsables de este hecho tan repudiable paguen por sus crímenes”, declaró el gobernador. Además, hizo un llamado a la población chiapaneca para que confíe en que se aplicará todo el peso de la ley para castigar este homicidio, al igual que otros crímenes que han golpeado la región en los últimos años.
El asesinato del padre Marcelo Pérez no solo es una tragedia para la comunidad religiosa de San Andrés Larráinzar, sino también un reflejo de los graves problemas de violencia que persisten en muchas partes de Chiapas. La muerte de un líder tan valiente y comprometido es un recordatorio doloroso de la lucha constante por la justicia y la paz en una región marcada por el conflicto.
Mientras los feligreses y las autoridades trabajan para asegurar que la memoria del padre Marcelo perdure y su legado continúe inspirando a las futuras generaciones, la comunidad espera que las promesas de justicia se cumplan y que se ponga fin a la violencia que afecta a tantos en Chiapas.