De Emprendedor a Emprendedor

De Emprendedor a Emprendedor

Por: Christianne Sánchez 

En más de una ocasión, seguramente te ha pasado como a mí: estás en una reunión con amigos, familiares o tomando un café, y de repente te llega esa idea. Esa idea que te venía rondando en la cabeza y que, en ese momento, te parece brillante, viable, ¡perfecta! Con mucho potencial.

Al principio todo parece claro en la mente, incluso te convences de que es una gran oportunidad. Pero, conforme pasan los días, esa idea empieza a desvanecerse… hasta que intentas explicarle a alguien más, y es cuando comienza el verdadero reto. ¿Te suena familiar?

Por eso, para mí, el paso número uno para cualquier emprendedor es simple pero poderoso: plasmar tu idea en papel.

A lo largo de los años he aprendido algo muy sencillo, pero que hace una diferencia enorme: Si no puedes poner tu idea en papel, aún no la tienes clara. ¿Por qué es tan importante? Porque escribir tus pensamientos en un cuaderno, una servilleta o una nota en tu móvil te obliga a darles claridad.

En los talleres de emprendimiento que imparto, siempre empezamos por ahí: ¡escribir la idea! Tal cual la tienes en la mente. No importa si suena básica. No se trata solo de anotar palabras sueltas, sino de responder preguntas mientras la desarrollas en papel. Esto te obliga a darle estructura, forma… y enfrentarte a algo que pocas veces hacemos: ver si realmente tiene sentido fuera de tu cabeza.

Aquí va un consejo que me ha salvado en muchos proyectos y asesorías: Una vez que ya tengas tu idea escrita, deconstrúyela. Revisa parte por parte, cuestiónate cada elemento: ¿Es viable? ¿Qué necesitas para ejecutarla? ¿Dónde están sus puntos débiles?

Muchas veces, las ideas pierden fuerza cuando las ves escritas. Y eso no es malo: te da la oportunidad de mejorarlas.

Otro paso esencial: analiza el entorno. Investiga si ya existe algo similar, no solo en tu ciudad, sino a nivel nacional o internacional. Esto no es para desanimarte, sino para ayudarte a encontrar un diferenciador.

No se trata de buscar la idea perfecta o completamente nueva, porque seamos honestos, las ideas 100% originales son raras. Se trata de detectar los huecos en lo que ya existe, sumarles tu visión y encontrar cómo SÍ hacerlo.

A veces me preguntan:

“¿Y si mi idea no es tan innovadora?”

Mi respuesta es: no necesitas inventar el hilo negro.
Como lo leí en un libro: “La innovación cada día es más lejana, pero las oportunidades están en los detalles.”

No se trata de crear algo nunca antes visto, sino de hacerlo mejor, más cerca, más tuyo. Y en mi experiencia, eso es muy cierto.

Muchas de las mejores oportunidades no nacen de ideas revolucionarias, sino de mejorar algo que ya existe.

Ahora hablemos del nombre, porque una idea sin nombre es como un libro sin título.

Cuando empiezo un proyecto, boceto nombres que me llamen la atención. No siempre son mis favoritos, pero sí los que funcionan.

La lección es clara: Elige el nombre pensando en el futuro de tu negocio, no solo en lo que te gusta hoy. Imagínalo en un espectacular, en un post de Instagram, en un video de TikTok… ¿Se queda en la mente? Ahí está una de las claves.

Así que, si tienes una idea dando vueltas en tu cabeza, te invito a dar el primer paso hoy: Toma un cuaderno o abre tu app de notas y escríbela. Respóndete: ¿Hasta dónde quieres llevarla? ¿Franquicia? ¿Marca nacional o internacional?

No la dejes solo en tu mente. Ponla en papel, dale forma y empieza a construir ese sueño.

Finalmente, una recomendación práctica: cuando estés escribiéndola, no te enamores de ella a ciegas. Ninguna idea es perpetua, todas merecen ajustes. Emprender no es solo hacer lo que te gusta, es construir lo que el mercado necesita, con una visión clara de hacia dónde quieres llegar.

Y tú, ¿Cuál es esa idea que no te deja dormir?

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