El presidente Joe Biden ha abierto el camino para conceder permisos de residencia a cientos de miles de cónyuges de ciudadanos estadounidenses y facilitar visas de trabajo a graduados de universidades locales. Estas medidas, que han sido condenadas por los partidarios de su rival electoral, el republicano Donald Trump, representan un cambio significativo en la política migratoria de Estados Unidos.
Con los nuevos cambios, los migrantes que llevan al menos 10 años viviendo en Estados Unidos y están casados con ciudadanos estadounidenses podrán obtener la tarjeta verde sin tener que salir del país para solicitarla. Según la Casa Blanca, esta normativa beneficiará a aproximadamente 500 mil migrantes, incluyendo a unos 50 mil hijastros de ciudadanos estadounidenses. De acuerdo con Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, 320 mil personas de origen mexicano son elegibles para este beneficio.
Las autoridades revisarán las solicitudes caso por caso. Aquellos que reciban el visto bueno podrán solicitar la residencia permanente en un plazo de tres años, durante el cual podrán permanecer en Estados Unidos y optar por un permiso de trabajo de hasta tres años. Una vez obtenida la residencia permanente, los beneficiarios podrán solicitar la ciudadanía.
En un evento en la Casa Blanca, Biden subrayó que no está interesado en politizar la inmigración y la frontera. “Me rehúso a creer que para seguir abrazando la migración hay que renunciar a tener una frontera segura”, declaró. Además, un funcionario anónimo explicó que los nuevos procesos están diseñados para minimizar la burocracia y las dificultades asociadas con tener que abandonar el país.
La reforma de Biden también facilitará la obtención de visas de trabajo para graduados de centros de educación superior estadounidenses, siempre y cuando hayan recibido una oferta de trabajo altamente cualificada. Esta medida beneficiará a los “dreamers” o soñadores, migrantes que llegaron de niños a Estados Unidos y están protegidos por el programa federal DACA, que les permite vivir y trabajar legalmente en el país. El anuncio llega días después del duodécimo aniversario de DACA, un programa que ha aprobado más de 800 mil solicitudes y cuenta con 580 mil beneficiarios.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, celebró el anuncio como un avance significativo. “Es muy buena la noticia de que van a regularizarse familias de mexicanos en Estados Unidos, sobre todo los estudiantes, los jóvenes. Es digno de reconocimiento”, afirmó en una rueda de prensa. Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores de México, también elogió la medida, destacando la importancia de facilitar la unidad de familias con estados migratorios mixtos y el acceso de beneficiarios de DACA a visas de trabajo para el bienestar de las comunidades.
Por otro lado, Trump y sus aliados han criticado la iniciativa. Trump, quien intentó poner fin al DACA durante su mandato, argumenta que el plan de Biden concede “amnistía” a millones de extranjeros que entran de manera irregular al país. Stephen Miller, ideólogo de la política migratoria de Trump, calificó la orden de Biden como “una amnistía colosal” y un ataque a la democracia estadounidense. No obstante, los defensores de los migrantes han recibido la nueva normativa con satisfacción, calificándola como moralmente correcta, económicamente sólida y políticamente inteligente.