Por: Mauricio Hernández Sarvide
La inspiración es impredecible, toca a tu puerta cuando menos lo esperas. Tiene muchos disfraces. A veces es un objeto, un suceso, una película, un verso, una canción, una persona, pero siempre surge de una reacción, de un algo que te provoca una emoción y te motiva a actuar.
Sentir, es algo inherente en los humanos, amar lo es aún más y enamorarse pareciera que es un requisito existencial igualmente inevitable que, cuando te habita, te llena de pasión y quieres todo, pero, cuando te despoja, te llena de desolación y no quieres nada. Te rompe el corazón.

Abel Tesfaye, mejor conocido por todo el mundo como The Weeknd, lanzó en 2018 “My Dear Melancholy”. Un proyecto fugaz, inaudito, tan sorpresivo como significativo, donde a través de seis canciones describe su sentir luego de una dolorosa ruptura amorosa.
Dentro de sus letras se vislumbra la rabia, el enojo, la melancolía y sobre todo la tristeza que sintió el cantante en ese momento. Se denota la pasión, la intensidad y la desesperación. Los arreglos, y las melodías convergen en el mismo punto, reforzando lo devastado que se sentía. Emociones que, sin duda, más de uno hemos compartido al estar en una situación similar.
En ese entonces, el canadiense mantenía una relación con Selena Gómez. Se rumora que se separaron por no coincidir en sus agendas laborales. Ese dolor que solo quienes han terminado por circunstancias ajenas al amor han sentido, fue su punto de partida (aunque jamás lo ha confirmado) para empezar a escribir una de sus obras más personales, que además concluyó en solo 3 semanas.
Algunos hasta opinarían que fue muy duro al escribir versos como “me hiciste perder mi tiempo” o “casi corto un pedazo mío por tu vida” que se especula, hacía referencia al trasplante de riñón que necesitaba Selena por su enfermedad, el lupus. Sin embargo, esa lírica refleja muy humanamente el sentir de un corazón roto, porque el reclamo, forma parte de ese proceso. Incluso, si se le pone atención al escuchar este material, se puede notar cómo va evolucionando en su duelo, primero con negación y resentimiento, para posteriormente expresar resignación, tristeza e incluso agradecimiento.
Cuando estás tan roto, buscas cualquier manera de aminorar el sentimiento y ponerle fin a esas sensaciones que parecieran interminables. Sientes que nada te conforta, como si la felicidad se esfumara o como si estuviera al final de un larguísimo recorrido. Es una desesperación constante, un ahogo casi permanente en un mar donde aparentemente jamás ha navegado nadie.
Escuchar estas seis composiciones te pone a pensar en la cantidad de cosas que puede sentir alguien en ese estado, sumadas a la intensidad de las mismas y en lo abrumador que puede llegar a ser luchar contra todo eso. Pero también deja entrever que eventualmente, termina y de cierta manera, te libera.
Alguna vez leí, soñé o escuché (no recuerdo) esta frase “No elegimos cuando nos rompen el corazón, pero podemos decidir qué hacer con ello”. Para mí, es impactante cómo luego de estar tan desolado, como lo expresa en sus canciones, Abel decidió crear en vez de dejar que su pesar le hundiera. Hasta cabe mencionar a la ironía, ya que él, a pesar de estar en un punto tan oscuro, creó algo muy brillante, que nos enseña que la inspiración puede emerger incluso en nuestros peores momentos.

Escucha el EP y si te sientes como The Weeknd, húndete con él en sus seis canciones, pero siempre recuerda que no solo puedes, si no que debes emerger después. Si no es el caso, solo disfruta y aprecia a qué suena un corazón roto.