Por: Mauricio Hernández Sarvide
Tener miedo es natural. Es un reflejo a veces voluntario y a veces involuntario que nos ayuda a estar alertas al peligro y a lo desconocido.
Pero, ¿Qué sucede cuando tenemos miedo a algo conocido? ¿Qué ocurre cuando la fuente de nuestros temores yace en algo casi palpable y casi inherente a nosotros? ¿Qué pasa cuando el temor surge de la incertidumbre? ¿Qué se hace cuando le tenemos miedo al amor?
Entregar el corazón no es sencillo, incluso para quienes no han sido rasgados con las dagas y la desdicha que conlleva una ruptura o un vínculo no correspondido. Dar pie al amor, no es algo que se tome a la ligera, al contrario; es una decisión que se debe hacer conscientemente, pero que, a pesar de su alto riesgo, aún deja espacio para la locura y la pasión, sensaciones que nos llenan de dicha y que nos hacen sentirnos además de presentes, más vivos que nunca.
Casi siempre todo comienza con una atracción a primera vista, aunque veces también el corazón empieza a querer con el tiempo y a ver cosas que al principio no. En realidad, el inicio no es lo que importa, me atrevería decir que ni siquiera el final logra sopesar demasiado cuando se ama. Lo que importa es lo de en medio. Ese periodo donde se gesta y se nutre el sentimiento. Esos momentos donde existe el amor, donde no importa qué pase mañana, tuvimos un hoy.
“Tengamos pasado” es una canción del dúo Lagos que salió a la luz en el año de 2022. Su primicia pareciera sencilla, pero al igual que todas las obras aquí expuestas, tiene algo más exquisito y connotativo que sólo lo que dice entre versos.

Este single nos habla precisamente del riesgo que conlleva aventarse al amor, reconociendo que quizás podría tener fecha de caducidad. O quizás no. También nos habla acerca de la incomodidad que ello nos genera, pero igualmente refuta dicha mención en la canción, explícitamente en el verso “puede que sea raro, un poquito extraño, eso es un minuto que después lo superamos”.
En realidad, esta composición trata de hacernos ver el hueco que encontró Lagos al contar y sentir una historia romántica: el tiempo. La canción se desarrolla con base en esto.
Aquí el clímax no está en el inicio o en el final. No se les resta importancia, pero el punto medular de toda historia de amor es el desarrollo. Aquí es donde se desenvuelven las carencias, las cualidades, las negociaciones, las altas, las bajas y el transitar; la belleza de transitar un pedazo de la vida junto a quien quieres. Eso es lo que en realidad nos quieren decir.
A final de cuentas cuando se siente algo tan fuerte por otra persona, quedarse con las ganas o en el hubiera es la última opción. Es mejor intentar dar el salto de fe y construir algo duradero, aunque tal vez no eterno (o quizás sí).
Por eso, solo por eso, cuando los corazones, las flores, las baladas y todo lo cursi toca tu puerta, es mejor aventarse, dar un salto de fe y esperar lo mejor, haciendo todo lo posible porque efectivamente así sea. La pasión por alguien no es algo ligero, es de consideración y más aún, de respeto hacia el propio corazón.
En este “negocio” de la adoración al otro, en realidad no se tienen muchas opciones en cuanto a las cartas que hay que jugar. A veces es inevitable, casi siempre incontrolable, se vuelve casi una necesidad incesante expresar ese cariño, como si tuvieras que sacar todo lo que sientes porque la pena de quedártelo dentro es mayor.

Por eso, es preferible tener pasado a no ser, incluso con imperfecciones, incluso con altibajos. Preferible regalar un cachito de tu historia a no dar lugar a nada y terminar imaginando lo que pudo ser. Preferible ir por ese café a solo titubear. Preferible sentarte a decir lo que sientes, aún con todo el costo que esto conlleve. Preferible bajar un poco la guardia por unos hoyuelos consecuencia de una bonita sonrisa. Preferible perderse en unos ojos grandes o en una boca pronunciadora de preguntas e hilos conversatorios interminables. Preferible dejarse caer por ese encanto involuntario; ese que inspira palabras, versos, poemas, sonetos y que quien sabe, a veces, hasta columnas inspira también.

